A finales de 2009, la empresa del Grupo Clarín cobraba por el abono básico $ 106,80 a pesar de que el valor razonable, incluida una ganancia del 8%, era de $ 28. Así, obtuvo una rentabilidadad por cliente del 4000%.
En medio de los cruces por la marcha de los precios y la especulación empresar ia respecto del valor de los bienes y servicios, un documento oficial al que accedió Tiempo Argentino prueba que, tomando como base los costos de producción y comercialización, Cablevisión cobra por el abono básico casi cuatro veces más de lo que debería ser una tarifa razonable.
La Secretaría de Comercio Interior realizó un trabajo en diciembre de 2009 basado en la fórmula de rentabilidad que establece la Resolución 50/2010, que toma la estructura de costos de las empresas de cable a fin de autorizar un aumento de tarifas. Según el informe, la empresa del Grupo Clarín debería cobrar $ 28 por el servicio básico, pero sus facturas de ese mes fueron de $ 106,80.
El documento, f irmado por contadores de la Universidad de Buenos Aires (UBA), ya incluye en esos $ 28 una rentabilidad del 8% (o $ 2,24), dos puntos más que la ganancia promedio de todos los sectores de la economía, de acuerdo a los últimos datos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Pero hay más: la ganancia neta de $ 81 por factura es un 4000% más que la que hubiera logrado con la estructura tarifaria propuesta por la Resolución 50.
La fórmula utilizada para sacar el valor final con ganancia del 8% tiene en cuenta los siguientes ítems: capital total empleado por las empresas, monto de inversión necesaria para proveer el servicio, gasto de operación de la red (incluye administración del operador), gasto anual de aprovisionamiento de contenidos (es decir, lo que la cableoperadora paga por tener las señales), gasto de comercialización, tasa de retorno anual de la actividad considerada y otros ingresos derivados de la explotación de la red.
Fuentes vinculadas al análisis de estas cifras –que salen por primera vez a la luz en un medio periodístico– explicaron a Tiempo que “si bien podrían agregarse nuevas variables para un cálculo más certero, no variaría demasiado el precio del abono”.
La referencia es a ítems tales como costos de personal, cantidad creciente de clientes y facturación por publicidad en las señales, tres puntos que, en última instancia, se equilibrarían. Por otra parte, el cálculo es independiente de la ganancia por el servicio de Internet de Fibertel, que sigue vendiéndose en conjunto con la TV paga a pesar de que la empresa fue denunciada por operar con una licencia caduca.
La especulación de la empresa del Grupo Clarín se hace pública en pleno debate sobre las ganancias reales de las compañías que operan en la Argentina, lo que mereció una mención incluso en el último discurso de la presidenta Cristina Fernández (ver recuadro).
Este elevado nivel de ganancias de Cablevisión cobra una magnitud impensada si se observa que, desde 2005 a la fecha, la tarifa básica aumentó más del 200%, pasando de costar $ 47,11 a los actuales $ 126,80. Esto sin sumar el aumento del 16% para febrero de 2011, que está siendo analizado por el Ministerio de Economía y que ya fue rechazado por 14 asociaciones de usuarios en una carta pública.<
El negocio de los avisos
Según el artículo 82 de la Ley de Medios, los canales propiedad de las empresas que distribuyen el servicio (caso Metro, en Cablevisión), tienen autorizados ocho minutos por hora de publicidad.
En las señales que no son de generación propia (ejemplo Sony o Warner), el límite son seis minutos.
Es claro que la televisión por cable no respeta esta norma. En rigor, la publicidad en el cable es otro dato poco claro, ya que los operadores señalan a los canales independientes, pero es cada vez mayor el nivel de publicidad en señales propias.
SIN REGULACIÓN
Al igual que en prepagas, la TV por cable no tiene regulación estatal. Si se tratara una ley de marco como la que se aprobará para la medicina, el cable sería considerado servicio público y precisaría una audiencia pública para subir tarifas.
Discutir la rentabilidad
El miércoles, la presidenta Cristina Fernández se metió de lleno en la necesidad de clarificar la renta empresaria: “Si realmente la puja distributiva vía demanda salarial es una cuestión que se agrava, discutamos entonces sobre la rentabilidad de las ganancias”, señaló la funcionaria y agregó que “si no se quiere discutir sobre rentabilidad, discutamos entonces cómo se forman los precios”.
Además, como el modelo Cablevisión se replica en otros sectores concentrados, Cristina afirmó que, en precios, “hay dispersión, muchísima distorsión”.
Publicado por: Tiempo Argentino.
En medio de los cruces por la marcha de los precios y la especulación empresar ia respecto del valor de los bienes y servicios, un documento oficial al que accedió Tiempo Argentino prueba que, tomando como base los costos de producción y comercialización, Cablevisión cobra por el abono básico casi cuatro veces más de lo que debería ser una tarifa razonable.
La Secretaría de Comercio Interior realizó un trabajo en diciembre de 2009 basado en la fórmula de rentabilidad que establece la Resolución 50/2010, que toma la estructura de costos de las empresas de cable a fin de autorizar un aumento de tarifas. Según el informe, la empresa del Grupo Clarín debería cobrar $ 28 por el servicio básico, pero sus facturas de ese mes fueron de $ 106,80.
El documento, f irmado por contadores de la Universidad de Buenos Aires (UBA), ya incluye en esos $ 28 una rentabilidad del 8% (o $ 2,24), dos puntos más que la ganancia promedio de todos los sectores de la economía, de acuerdo a los últimos datos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Pero hay más: la ganancia neta de $ 81 por factura es un 4000% más que la que hubiera logrado con la estructura tarifaria propuesta por la Resolución 50.
La fórmula utilizada para sacar el valor final con ganancia del 8% tiene en cuenta los siguientes ítems: capital total empleado por las empresas, monto de inversión necesaria para proveer el servicio, gasto de operación de la red (incluye administración del operador), gasto anual de aprovisionamiento de contenidos (es decir, lo que la cableoperadora paga por tener las señales), gasto de comercialización, tasa de retorno anual de la actividad considerada y otros ingresos derivados de la explotación de la red.
Fuentes vinculadas al análisis de estas cifras –que salen por primera vez a la luz en un medio periodístico– explicaron a Tiempo que “si bien podrían agregarse nuevas variables para un cálculo más certero, no variaría demasiado el precio del abono”.
La referencia es a ítems tales como costos de personal, cantidad creciente de clientes y facturación por publicidad en las señales, tres puntos que, en última instancia, se equilibrarían. Por otra parte, el cálculo es independiente de la ganancia por el servicio de Internet de Fibertel, que sigue vendiéndose en conjunto con la TV paga a pesar de que la empresa fue denunciada por operar con una licencia caduca.
La especulación de la empresa del Grupo Clarín se hace pública en pleno debate sobre las ganancias reales de las compañías que operan en la Argentina, lo que mereció una mención incluso en el último discurso de la presidenta Cristina Fernández (ver recuadro).
Este elevado nivel de ganancias de Cablevisión cobra una magnitud impensada si se observa que, desde 2005 a la fecha, la tarifa básica aumentó más del 200%, pasando de costar $ 47,11 a los actuales $ 126,80. Esto sin sumar el aumento del 16% para febrero de 2011, que está siendo analizado por el Ministerio de Economía y que ya fue rechazado por 14 asociaciones de usuarios en una carta pública.<
El negocio de los avisos
Según el artículo 82 de la Ley de Medios, los canales propiedad de las empresas que distribuyen el servicio (caso Metro, en Cablevisión), tienen autorizados ocho minutos por hora de publicidad.
En las señales que no son de generación propia (ejemplo Sony o Warner), el límite son seis minutos.
Es claro que la televisión por cable no respeta esta norma. En rigor, la publicidad en el cable es otro dato poco claro, ya que los operadores señalan a los canales independientes, pero es cada vez mayor el nivel de publicidad en señales propias.
SIN REGULACIÓN
Al igual que en prepagas, la TV por cable no tiene regulación estatal. Si se tratara una ley de marco como la que se aprobará para la medicina, el cable sería considerado servicio público y precisaría una audiencia pública para subir tarifas.
Discutir la rentabilidad
El miércoles, la presidenta Cristina Fernández se metió de lleno en la necesidad de clarificar la renta empresaria: “Si realmente la puja distributiva vía demanda salarial es una cuestión que se agrava, discutamos entonces sobre la rentabilidad de las ganancias”, señaló la funcionaria y agregó que “si no se quiere discutir sobre rentabilidad, discutamos entonces cómo se forman los precios”.
Además, como el modelo Cablevisión se replica en otros sectores concentrados, Cristina afirmó que, en precios, “hay dispersión, muchísima distorsión”.
Publicado por: Tiempo Argentino.
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