Este mes, en que se celebra el Día del Locutor de Radio (3 de julio), y el 66º aniversario de la creación de la radio local LT 14 Radio General Urquiza de Paraná (9 de julio), vale mencionar que en el local de calle Alameda de la Federación (ex Rivadavia) donde todavía funciona la emisora creada por Don Jaime Jankelevic en 1945, surgieron importantes y entrañables profesionales del micrófono.
En sus orígenes LT14 dependía de Radio Belgrano, por ese motivo, los grandes números artísticos que actuaban en Buenos Aires, se transmitían también en las radios del interior, que conformaban la cadena.
Recuerdo la actuación memorable de Estela Raval junto a los 5 Latinos, la de Los Fronterizos desde el balcón de la dirección de la radio de Paraná, y la presentación –desde un escenario instalado en la esquina del bar Corujo–, de Ramona Galarza.
Luego de la inauguración, ejerció la dirección de la radio el señor Boemo, después recayó la administración en la señora María Marchetta de Dosetto hasta la llegada de un director de carrera, Peyretti Bantle, quien llegó de Radio Tucumán y terminó su labor profesional en LT 8 Radio Rosario.
¡Cómo no recordar aquellos primeros locutores que llenaron el éter de la ciudad con sus voces tan conocidas!
Maradey de Guerra; Coca Domingo; Juanita Curtis; Ana María; Eduardo Lalo Ríos; Gil; Mario Rubén Benaventos; Roberto Frías; Aldo Bregant; Luis Perriere; Mateos; Benítez y Ricardo Galván.
El poeta, periodista y locutor, Mirko Fernando Antelo, con sus Notas del Día y su ciclo Sobre un Andar de Alas, estremecían a media ciudad junto a la Orquesta Recordación.
Lo mismo ocurría cuando las transmisiones de los grandes festivales automovilísticos del Parque Urquiza, a cargo de Mirko, Pedro Salcerini, Horacio Sosa y Martín Bustamante, hacían vibrar a la gente. Las emociones se repetían con idéntica intensidad cuando se celebraban los campeonatos interradiales, de los que participaban emisoras de todo el país.
¡Cuántos recuerdos! Imposible olvidar a Nilda Persoglia de Gregorutti, quien durante 42 años estuvo a cargo de la Oficina de Publicidad de la emisora de esta ciudad.
Una anécdota de la que fui testigo, tal vez sirva para sintetizar el espíritu que embargba a los trabajadores de aquellos años. Nilda y Beto Correa habían sido elegidos padrinos del primogénito de Luis López, empleado de la emisora, que residía junto al Arroyo Antoñico, pasando el puente Laprida.
De la sencilla reunión familiar participaban los padrinos y algunos pocos allegados de la pareja, pero al enterarse los demás compañeros, invadieron la casita de López, que se convirtió de buenas a primera en una verdadera romería. ¿Pero, con qué festejamos?, preguntó alguien. Don Gino Meucci, me mira y me dice: “vamos”. Me indicó que acercara hasta la fábrica de Chacinados Meucci, en el antiguo boulevard Alsina, donde cargó tanta mercadería que la reunión se convirtió en una fiesta inolvidable.
El bautismo se extendió hasta tarde y no faltó el acordeón de Don Gino, ni la voz inolvidable de Pedro Salcerini, quien entonó su clásico ¡Oh París, oh París de mi Amor!, para sellar la ceremonia.
Publicado por: El Diario de Paraná.
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